Definir una estrategia de inversión y tener un plan de acción al que adherirnos es algo absolutamente clave. Por regla general, los humanos somos muy malos inversores. Las emociones nos juegan malas pasadas y tendemos a comprar y vender y comprar en el peor momento posible. Por ello, tener un plan de acción es muy importante.

estrategia de inversión

Aquí enumero los pasos claves a dar para crear tu estrategia de inversión.

1. Escoger un estilo de inversión (pasivo o activo)

Escoger el estilo de inversión es posiblemente la decisión más importante de todas las que vayas a tomar al definir tu estrategia de inversión. Para ello, debes pensar cuanto tiempo y esfuerzo le quieres dedicar a esto de invertir, cuál es tu nivel actual de conocimiento, y cuál es tu nivel de adversión al riesgo.

Si eres un novato y no eres un apasionado de las finanzas e inversión, o si no quieres dedicarle mucho tiempo a aprender y a monitorizar tus inversiones, lo mejor que puedes hacer es invertir de manera pasiva (vía fondos de inversión indexados y ETFs de bajo coste).

Como esta es una guía para novatos, recomiendo seguir este estilo de inversión hasta que tengas muy claro que quieres dedicar mucho tiempo, ganas y esfuerzo a aprender a invertir de manera activa.

Si, por el contrario, eres un apasionado de la inversión y quieres dedicarle mucho tiempo a esto, la inversión activa puede ser lo tuyo. Invertir de manera activa implica comprar directamente aquellas acciones y activos financieros que piensas que lo van a hacer mejor. Como compras acciones individuales, la estrategia es mucho más compleja, ya que requiere tener un fuerte entendimiento de la empresa y el sector y seguir el mercado muy de cerca.

La inversión activa tiene el potencial para generar mejores retornos que la pasiva, aunque la realidad muestra que batir a los índices a largo plazo es extremadamente complicado. La inmensa mayoría (>85%) de los gestores de fondos e inversores activos tienen rendimientos peores a la media del mercado en horizontes temporales largos. Al final, si estudiar, leer estados financieros y estar encima del mercado no es lo tuyo, vas a ganar mucho más dinero si sigues un modelo de inversión pasivo.

2. Decidir cuanto invertir en cada tipo de activo (acciones, bonos, bienes raíces y equivalentes al efectivo)

El siguiente paso a dar en la elaboración de tu estrategia de inversión es definir cuanto dinero asignar a cada tipo de activo en tu cartera.

Las preguntas que te deberías de hacer son: ¿Cuánto tiempo vas a tener el dinero invertido? ¿Cuáles son tus expectativas de retorno? ¿Cuál es tu perfil de riesgo / cuanto estás dispuesto a ver bajar la inversión en el corto y medio plazo?

Cuanto más riesgo estés dispuesto a asumir, mayor debería ser tu retorno medio a largo pazo, pero también mayor la volatilidad de tu cartera y potencial de perdida a corto. Si crees que vas a llevar muy mal el hecho de ver tu cartera caer un 25% o 40% (lo cual es completamente normal en el mercado de las acciones y es algo que vas a ver más de dos o tres veces en tu vida como inversor), es mejor que tengas una asignación a activos más seguros (bonos y efectivo) más elevada.

Además de tu nivel de aversión al riesgo, otro factor importante a tener en cuenta es el tiempo. Si piensas tener el capital invertido a largo o muy largo plazo (más de 10 o 20 años), tiene sentido que tengas una cartera más orientada a activos con un perfil de riesgo-beneficio más elevado. La volatilidad a corto plazo no debería importarte tanto. Al fin y al cabo, no vas a recoger tus beneficios hasta dentro de mucho tiempo. En este caso, convine tener un componente de acciones en tu cartera más elevado.

Por regla general, y a largo plazo:

Retorno equity > retorno bonos > retorno equivalentes a efectivo. Pero al mismo tiempo, volatilidad del equity > volatilidad de los bonos > volatilidad del efectivo y equivalentes al efectivo.

Los retornos y volatilidad esperada en bienes inmobiliarios varían mucho dependiendo del caso, pero podemos situarlo cerca a los del equity en el diagrama superior. Es decir, cabe esperar mayor retorno que con los bonos, pero también estamos asumiendo un mayor nivel de riesgo.

Tened en cuenta que el diagrama superior está basado en valores medios y para muestras a largo plazo. No se puede generalizar cuando nos vamos a casos particulares (hay acciones con menor nivel de riesgo que algunos bonos, etc.)

En este enlace puedes ver rendimientos medios anualizados históricos en Estados Unidos para diferentes combinaciones de equity (acciones) y deuda, invertidos de manera pasiva. Además de los rendimientos medios, podéis ver una muestra de la volatilidad (mejor y peor año) experimentada. Tal como comentamos arriba, a mayor porcentaje de fondos de equity en cartera, mayor ha sido el rendimiento cosechado a largo plazo, pero también mayor la caída en años malos.

Fuente: Vanguard. https://investor.vanguard.com/investing/how-to-invest/model-portfolio-allocation
Como resumen de este apartado

Si queremos un mayor retorno a largo plazo sabemos que tenemos que asumir algo más de riesgo. Para ello, necesitaremos asignar un mayor % de nuestro capital a acciones u otros activos de elevado nivel de riesgo como son los bienes raíces. Sin embargo, si sabemos que lo vamos a pasar mal a corto y medio plazo si vemos que nuestra cartera baja, es mejor moderar las expectativas de retorno (conformarse con un retorno esperado más bajo) y tener una asignación más fuerte a bonos y efectivo.

Por otro lado, cuanto más tiempo esperemos estar en el mercado, mayor será la capacidad de riesgo que podamos asumir (la volatilidad a corto no nos importa tanto como el rendimiento medio a largo). En general, cuanto más joven seas, mayores riesgos deberías tomar (ya que tienes más tiempo para dejar componer el dinero y corregir errores), pero como veis, es algo muy personal.

Como guía, la recomendación es no bajar nunca del 30% de asignación a renta variable. Esta es la parte que tira más de los retornos a largo plazo. Una regla general que también podéis seguir (o no) es la regla del 110 menos vuestra edad para calcular el porcentaje recomendado de asignación a renta variable (acciones). Si tienes 30 años, esta regla sugiere tener un 110-30 = 80% de tus activos en renta variable. Si tienes 60 años, la regla propone tener 110-60 = 50% de tus activos en acciones. Desde aquí no recomendamos seguir al pie de la letra ninguna ´regla´en particular, al final cada persona tiene niveles de aversión al riesgo diferentes.

3. Decidir cuanto invertir cada mes, y si tienes capital acumulado decidir si invertir todo de golpe o poco a poco

El último paso a la hora de definir una estrategia de inversión y plan de acción tiene que ver con tu cadencia de compra de activos.

Una pregunta muy repetida es la siguiente: Tengo dinero ahorrado, quiero invertirlo, ya he decidido en que activos. ¿Debería invertirlo todo de golpe o poco a poco a lo largo de uno o dos años? Es una pregunta con complicada respuesta, ya que es algo, de nuevo, muy personal.

En general, invertir todo de golpe proporciona mejores resultados económicos la mayoría del tiempo. La bolsa y el valor de los activos productivos tiende a subir con el paso del tiempo. Estar dentro del mercado lo antes posible suele ser algo positivo, y funciona mejor el 65% del tiempo aproximadamente. Sin embargo, invertir la cantidad ahorrada poco a poco (o que se conoce como DCA por sus siglas en inglés «dollar cost average») suele ser más fácil de asimilar.

Somos animales aversos al riesgo y no hay nada peor para nuestra moral y salud mental que invertir todo de golpe en el peor momento (por ejemplo, antes de la explosión de la burbuja punto com) y quedarnos con cara de idiotas. La decisión es tuya. Desde mi punto de vista, prefiero seguir un plan razonable que me permita dormir tranquilo a seguir un plan estadísticamente probado y racional que no me lo permita.

Cuanto % ahorrar de tus ingresos mensuales y en que momento del mes invertir

Con independencia de si ya tienes dinero ahorrado o no, el siguiente paso en tu elaboración del plan de inversión es definir cuanto vas a ahorrar e invertir cada mes y en que fechas hacerlo. Yo recomiendo invertir primero y gastar después, lo que se conoce como invertir primero en ti. Una vez definas cuanto ahorrar al mes (digamos, por ejemplo, un 30% de tu salario), recomiendo invertir ese dinero justo después de recibir la nómina, y no a final del ciclo tras incurrir los gastos del mes. Mucha gente no es lo suficientemente rigurosa para cuidar sus gastos y no acaba ahorrando e invirtiendo lo que tenían pensado en un primer momento. Para evitarlo, invierte primero, gasta después.

Por último, debes decidir cada cuanto vas a re-balancear tu porfolio. Imagina que definiste en el punto número 2) que tu asignación por activos va a ser un 70% acciones, 25% bonos y 5% efectivo. Con el paso del tiempo, alguno de estos activos lo hará mejor que los otros, por lo que los pesos originales en tu carera se moverán. Por eso existe el re-balanceo. Básicamente, consiste en vender algunas posiciones y comprar otras para volver a tu asignación ideal inicial. Por ejemplo, si tu plan era el que comento arriba, y tras 6 meses en el mercado tu asignación a acciones, bonos y efectivo es 73%, 23% y 4% respectivamente, te tocaría vender algo de acciones y comprar bonos y efectivo para volver a los pesos originales.

¿Cada cuanto re-balancear el porfolio pues? 3 o 4 veces al año deberían ser más que suficientes.

En resumen, estos son los pasos básicos a seguir para crear tu estrategia y plan de inversión

  1. Escoge un estilo de inversión (activo o pasivo)
  2. Escoge tu asignación por tipo de activo (cuanto a acciones, cuanto a bonos, cuanto a efectivo, etc.)
  3. Si ya tienes dinero ahorrado, decide si quieres invertir todo de golpe o poco a poco
  4. Define cuanto vas a ahorrar e invertir cada mes
  5. Haz seguimiento del progreso de tu cartera y define cada cuanto hacer los re-balanceos pertinentes
  6. Una vez tengas el plan, ¡adhiérete a él!

El último punto es el más importante. La mentalidad humana te hará tener dudas y tomar decisiones erróneas en el momento menos indicado. Tendemos a vender cuando el mundo se desmorona y comprar cuando todo está caro, que es lo contrario a lo que hay que hacer. Por ello necesitas este plan. Si hace falta, ponlo por escrito y comprométete a seguirlo llueva o haga sol. De nada vale tener la mejor estrategia de inversión del mundo si luego te sales del plan cuando te puede la avaricia o te estás muriendo de miedo.

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